Hace unas semanas se conocía el fallecimiento de Ramón Moreno, más conocido como ‘Pichardo’, que durante años había formado parte las comparsas barbateñas de Manolo Varo.
Ramón, que luchaba contra el cáncer, no pudo tener el reconocimiento, debido al estado de alarma en el que nos encontramos, de ser despedido como se merecía. Sin embargo, han sido muchas las personas que a través de redes sociales han querido dar el último adiós a este coplero.
Incluso desde el Ayuntamiento de Barbate, ya que fue empleado municipal, se le brindó un reconocimiento sonando las alarmas de Policía Local, hBomberos y Protección Civil.
Aunque sin duda, las palabras más sentidas han llegado por parte de sus familiares y compañeros, en especial, de su amigo Manolo Varo. El comparsista, quiso bautizarle como ‘la voz de plata’, debido al tesitura de su octavilla, pero también a ese pelo cano, que lucía tan característico en las comparsas de los ochenta.
Así, Manolo Varo, lloraba a su amigo haciendo un recorrido por su trayectoria:
LA VOZ DE PLATA
Hace treinta y siete años de algún pago de la pampa
con la libertad del viento llegó un jinete de plata.
Hablaba acento criollo, buscaba un nuevo destino
bajo la noche estrellada por veredas y caminos.
Entonando viejos tangos, malambos y chacareras,
puso al tiempo por testigo y la amistad por bandera.
A la luz de una fogata durmió debajo de un árbol
y por influjo divino despertó junto a su carro.
Un remolino de fuego avivo su fantasía
y su pito se escuchaba a las claritas del día:
¡Salí mocita a la calle “ya llegó el afilao”,
a cuchillo y tijeras saco los rayos del sol!
Danzando entre pagodas en su mundo de ilusión
hizo nacer la armonía de un Danzarín de Bang Kong.
Y abrió las puertas del templo entre las palmas y oles
cargando sobre sus hombros el amor de sus mayores.
Con orgullo de cofrade mantuvo firme la fe
y fundido en un abrazo gritaba “¡Al cielo con él!»
Llegó a divisar el alba en el altamar del viento,
todos en la misma barca, todos bajo el mismo cielo;
con poniente de almadraba y cantares marineros:
¡Esperando la marea en la arena me sentaba
para echar un cigarrillo en la orilla de la playa!
¡Y mi barca me llevaba bogando hasta la almadraba
y allí en tierra se quedaba la niña que me esperaba!
Los duendecillos del aire brotaron con fantasía
y unos hilos invisibles le devolvieron vida.
Su corazón de muñeco latia de nuevo en la fiesta
en un viejo teatrillo, convertido en marioneta.
Con orgullo provinciano lucho por sus carnavales
resistiendo en el vacío, cuando colgaba “En el Aire”.
Igual que las golondrinas entre las alas del viento
esclavo de sus pasiones volvió de nuevo a su pueblo;
ilusiones y esperanzas, emociones y recuerdos,
cantaba con sus amigos; con los que se hiciera viejo.
Ni en la gloria de los cielos se callará su garganta
¡¡¡Don Ramón Moreno Núñez, fuiste nuestra “voz de plata”!!!
HOMENAJE DE SU COMPARSA DE BARBATE